En el corazón de la cuna del fundador de la Orden Dominicana, diecinueve nuevos o reelegidos Priores Provinciales y Viceprovinciales pasaron diez días de fructífero taller con el acompañamiento del Maestro de la Orden, fray Gerard Francisco Timoner III, OP, y de algunos miembros de la Curia General del 15 al 24 de marzo de 2022.
La anfitriona de la actividad anual este año fue la Provincia de Hispania, cuyo Prior Provincial, fray Jesús A. Díaz Sariego, OP, se encontraba también entre los participantes como superior reelegido. Reunidos en el Convento de Santo Domingo de Caleruega, España, él y los siguientes frailes siguieron una serie de conferencias destinadas a reforzar el ejercicio de su ministerio en sus respectivas entidades: Daniele Drago (Provincia de Santo Domingo en Italia); Antonio Cocolicchio (Provincia Romana de Santa Catalina de Siena); Francesco Maria Ricci (Provincia de Santo Tomás de Aquino en Italia); Łukasz Wisniewski (Provincia de Polonia); José Manuel Correia (Provincia de Portugal); René Dinklo (Provincia de los Países Bajos); John Harris (Provincia de Irlanda); Luis Javier Rubio (Provincia de Santiago en México); Rubén Martínez (Provincia de Nuestra Señora del Rosario); Vince Micallef (Provincia de San Pío V en Malta); André Luis Tavares (Provincia de fray Bartolomé de las Casas en Brasil); Ricardo Guardado (Provincia de San Vicente Ferrer en Centroamérica); Modestus Ngwu (Provincia de San José Obrero en Nigeria y Ghana); Augustin Wiliwoli (Viceprovincia de San Pío V en la RD del Congo); Damián Juraj Mačura (Provincia de Eslovaquia); y Yinmy Caballero (Viceprovincia de Bolivia). A ellos se unieron otros dos superiores mayores que siguieron las conferencias en modo online: Peter Kreutzwald (Provincia de Teutonia) y Lukáš Fošum (Provincia de Bohemia).
Entre los temas más destacados que se trataron en las sesiones se encontraban las responsabilidades del provincial, cuestiones relativas a la sinergia de la misión y la comunidad, el equilibrio y la espiritualidad del liderazgo, ideas prácticas sobre los procedimientos canónicos y la gestión financiera. Cada uno de los socios contribuyó a presentar una visión general de la Orden tal y como se trabaja en la curia, y tal y como está presente en las diferentes regiones del mundo, comprometiéndose constantemente en los diferentes proyectos para la vida intelectual y apostólica, así como para la vida fraterna y la formación. Los Promotores Generales y otros oficiales compartieron igualmente valiosas ideas sobre sus trabajos con las diferentes ramas de la Familia Dominicana, las comunicaciones, la justicia y la paz, y la postulación general.
Un paréntesis muy bienvenido dentro del taller fueron los encuentros fraternos con las comunidades de los frailes y las monjas dominicas en Caleruega, que se vieron reforzados por las visitas a lugares significativos en la vida de Santo Domingo como el pozo, el torreón o la bodega. También fueron refrescantes las visitas culturales a la comunidad benedictina de Santo Domingo de Silos, y a San Esteban de Gormaz, Peñaranda de Duero, El Burgo de Osma y el monasterio premostratense de Santa María de La Vid.
El evento de este año, antes impedido por las diferentes ordenanzas sobre el distanciamiento físico, señaló la reanudación de la celebración presencial del taller. Proporcionó un espacio necesario para los encuentros individuales, donde se compartieron prácticas eficaces y se exploraron las posibilidades de una mayor colaboración. Fue, en efecto, una ocasión para que los Provinciales y Viceprovinciales no sólo se relacionaran personalmente con los miembros de la Curia General, sino para que también se sumergieran en una seria reflexión sobre su ministerio como “primeros entre iguales” para los hermanos en la Orden.
