Del 3 al 7 de junio, el Maestro de la Orden, fray Gerard Francisco Timoner III, OP, acompañado por el Socio para América Latina y el Caribe, fray Fernando Delgado, OP, realizó la visita canónica al Vicariato Provincial Antón Montesino de la Provincia de Hispania. El vicariato tiene el Convento Santo Domingo Ra’ykuéra en Asunción y la Casa Santísima Trinidad en Montevideo, y dirige el Centro de estudios Santo Tomás en Buenos Aires. Los frailes están asignados al convento de Asunción y a la casa de Montevideo, desde donde continúan con la predicación en el centro en Buenos Aires, alternando la presencia física y la modalidad online en las clases.
Las actividades apostólicas al servicio de la evangelización con las características de la Orden se identifican a través del ministerio parroquial con la atención a cinco parroquias, tres en Paraguay y dos en Uruguay; la presencia y la solidaridad con los pobres y marginados a través de las actividades sociales en los barrios marginales de las ciudades y con campesinos; la docencia universitaria en varias universidades y centros de estudio, especialmente en la enseñanza de la teología; la enseñanza en centros de formación de la vida consagrada, impartiendo cursos y talleres de espiritualidad y vida consagrada, como también para seminaristas y presbíteros del clero diocesano; la pastoral y la docencia en colegios, con clases de religión y atención de capellanías; y la predicación online con varias iniciativas, en especial para predicar el Evangelio del domingo y encuentros semanales y mensuales de reflexión bíblica.
En cuanto a la organización con una comunidad fuerte en Montevideo y otra en Asunción, cabe destacar el resultado del discernimiento y las decisiones que han llevado su tiempo para responder a los desafíos que plantea el proceso de reestructuración en el que se encuentra toda la Orden y se aplica en el vicariato. Son dos países en los que hay comunidad permanente: en Uruguay, con sus características que identifican una sociedad laicista, y en Paraguay, con una trayectoria histórica de un buen número de católicos. En ambos casos, los hermanos adiestran la mirada de la realidad, que exige creatividad para responder en el modo de ser predicadores según dónde están y llevan a cabo la predicación, en colaboración con la Familia Dominicana y tantos fieles y benefactores que apoyan la misión.
Los visitadores agradecen a todos los hermanos del Vicariato Antón Montesino por la preparación de los diferentes encuentros, tanto en las comunidades de los frailes como en las reuniones con la Familia Dominicana y los grupos pastorales. Las celebraciones eucarísticas en familia fortalecieron la fuerza comunitaria expresada en formas de sinodalidad en el acompañamiento a la Iglesia y su renovación.