Aniversario de los difuntos de la Orden en Roma

La celebración fue presidida por el Maestro de la Orden: “Un acto de amor y de caridad por nuestros hermanos y hermanas difuntos”

El sábado 11 de noviembre de 2023, en la Basílica de San Lorenzo Extramuros de Roma, contigua al histórico Cementerio del Verano, tuvo lugar la Eucaristía con ocasión del aniversario de nuestros hermanos y hermanas difuntos. De acuerdo con el calendario litúrgico de la Orden, el 8 de noviembre conmemoramos este aniversario (Anniversarium Omnium Fratrum et Sororum Defunctorum), que incluye a todos los miembros de la Familia Dominicana: monjas, frailes, hermanas de vida apostólica, laicos y miembros de las fraternidades sacerdotales.

Como Familia Dominicana, somos parte de la Iglesia universal. Por ello, en el calendario litúrgico, también celebramos el 7 de noviembre la Fiesta de todos los santos y santas de la Orden (Omnium Sanctorum Ordinis Praedicatorum).

“Así, pues, hasta que el Señor venga revestido de majestad y acompañado de sus ángeles (cf. Mt 25, 31) y, destruida la muerte, le sean sometidas todas las cosas (cf. 1 Co 15, 26-27), de sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; otros, finalmente, gozan de la gloria, contemplando «claramente a Dios mismo, Uno y Trino, tal como es» [147]; mas todos, en forma y grado diverso, vivimos unidos en una misma caridad para con Dios y para con el prójimo y cantamos idéntico himno de gloria a nuestro Dios. Pues todos los que son de Cristo por poseer su Espíritu, constituyen una misma Iglesia y mutuamente se unen en Él (cf. Ef 4, 16)”. (Lumen Gentium, n. 49).

En Roma, se unió la Familia Dominicana para participar en los ritos litúrgicos. La Eucaristía fue presidida por el Maestro de la Orden, fr. Gerard Francisco Timoner III, OP, y concelebrada por los frailes dominicos de los diferentes conventos de la ciudad. “Estamos reunidos en torno a la mesa eucarística para dar gracias al Señor por el don de la vida y de la vocación de nuestros queridos hermanos y hermanas difuntos de la Orden”, afirmó fray Gerard en su homilía.

“¿Por qué debemos venir aquí, al cementerio del Verano? Recordemos que la palabra ‘cementerio’ deriva del griego ‘koimeterion’, que significa ‘dormitorio’, lugar para dormir y descansar. Venimos aquí como acto de caridad fraterna, para manifestar nuestro amor por nuestros hermanos y hermanas difuntos que duermen en el sueño de la muerte. Venimos aquí como acto de fe en la resurrección del cuerpo al final de los tiempos. Visitamos los cementerios porque son tierra santa. Los cementerios nos recuerdan que el cuerpo humano, aunque haya muerto, es sagrado, porque en un tiempo era un templo del Espíritu Santo. Somos templos del Espíritu Santo, según San Pablo”, explicó el Maestro de la Orden, quien recordó que “cuando nos llevaron a la iglesia para ser bautizados, nos hemos convertido en hijos e hijas de Dios y el Espíritu Santo ha tomado morada dentro de nosotros”.

“Los restos mortales de nuestros hermanos y hermanas son como templos que, por el momento, están en un cierto sentido vacíos, pero que un día serán reavivados con la resurrección del cuerpo, que profesamos en la fe. Todos los días rezamos el de profundis en nuestras comunidades. La Iglesia enseña que los difuntos no gozan todavía de la visión beatífica y ‘no están en condición de poder orar, sino más bien tienen necesidad de oraciones’. La Santa Misa que celebramos hoy es un acto de amor y de caridad por nuestros hermanos y hermanas difuntos de la Orden de Predicadores”, concluyó fray Gerard.

Después de la bendición en la Eucaristía, la Familia Dominicana se dirigió en procesión solemne de la Basílica hacia el Cementerio del Verano, donde se encuentra la capilla funeraria y la cripta de la Orden de Predicadores. Durante la tradicional procesión, se entonaron cantos tradicionales de la Orden: a nuestra Madre, Salve Regina, a Santo Domingo, O Spem miram y las Letanías de nuestros Santos. En la capilla, el Maestro de la Orden dirigió la oración por los difuntos.

Historia

Fue en 1876 cuando la princesa María Teresa de Saboya, duquesa de Parma, terciaria dominica, y fray Giuseppe Maria Sanvito, vicario de la Orden, adquirieron para la familia dominicana una porción de tierra en el nuevo cementerio de la ciudad de Roma, donde el beato Papa Pío IX había invitado a las congregaciones a enterrar a sus muertos. Él mismo iba a dar ejemplo pidiendo que su cuerpo fuera colocado en la Basílica de San Lorenzo que está junto al cementerio. Varias familias religiosas tienen así una cripta en el Cementerio del Verano, y los frailes capuchinos de San Lorenzo realizan celebraciones litúrgicas en la capilla que se les ha confiado.

Debajo de nuestra capilla funeraria está la cripta de la Familia Dominicana que, además de los restos de la princesa María Teresa de Saboya, alberga los restos de más de 300 hermanas, frailes, laicos y monjas que murieron en Roma. Entre ellos se encuentran monjas y superioras de congregaciones dominicanas, como las Madres Beatrice Musso, Chiara Apollonio, Madeleine Greco, religiosos docentes del Angelicum o comprometidos en apostolados en Roma, como los Padres Garrigou-Lagrange y Félix Darsy, y varios cardenales de la Orden: Guidi, Zigliara, Pierotti, Ciappi, Philippe, Hammer y Cottier.

Verano 2023
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