Fray Timothy Radcliffe, OP, dirigió el retiro preparatorio para la segunda sesión del Sínodo

Para ser una Iglesia sinodal misionera se necesita escucha paciente, imaginativa, inteligente y de corazón abierto

Fray Timothy Radcliffe, OP

Al igual que en la primera sesión, fray Timothy Radcliffe, OP, ex Maestro de la Orden y quien será creado Cardenal por el Papa Francisco en el Consistorio que celebrará el próximo 8 de diciembre, fue el encargado de dirigir el retiro preparatorio para la segunda sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad, el 30 de septiembre y el 1 de octubre pasados.

Introduciendo sus meditaciones, que fueron publicadas por los medios de comunicación oficiales del Vaticano, fray Timothy recordó que en el retiro del año pasado se reflexionó sobre cómo escucharse unos a otros, mientras que este año el retiro tenía un nuevo enfoque: “Cómo ser una Iglesia sinodal misionera”. “Pero – recalcó – la base de todo lo que haremos es la misma: escucha paciente, imaginativa, inteligente y de corazón abierto”. Para guiar las meditaciones, fray Timothy tomó cuatro escenas de la resurrección, según el Evangelio de San Juan: “Buscando en la oscuridad”, “La habitación cerrada”, “El forastero en la playa” y “Desayuno con el Señor”.

“Buscando en la oscuridad”

En su primera meditación, el 30 de septiembre, fray Timothy recordó que en el jardín del sepulcro se encuentran tres buscadores en la oscuridad de la madrugada, María Magdalena, el Discípulo Amado y Simón Pedro, evidenciando que cada uno busca al Señor a su manera, cada uno tiene su propia forma de amar y su propio vacío, y cada uno tiene su propio papel en el amanecer de la esperanza, pero no hay rivalidad y su dependencia mutua encarna el corazón de la sinodalidad. “Al igual que esos tres buscadores en el jardín, debemos atender a las preguntas de los demás si queremos encontrar una manera renovada de ser Iglesia”, indicó.

“La habitación cerrada”

En su segunda meditación, también el 30 de septiembre, fray Timothy habló de los discípulos que están de nuevo en la oscuridad, inmovilizados en la habitación cerrada. Tras advertir que el mismo amor a la Iglesia, de maneras totalmente diferentes, puede encerrarnos en un mundo estrecho, mirándonos el “ombligo eclesiástico”, observando a los demás, listos para detectar sus desviaciones y denunciarlas, recordó que el Papa Francisco, antes de su elección, dijo que el Señor vendría llamando a la puerta y ¡exigiendo que le dejen salir de la sacristía! “Por supuesto, hay cambios que algunos de nosotros anhelamos, pero no dejemos que eso nos encierre en nuestro pequeño mundo eclesiástico. Nos aburriremos. Dios se revela en las cimas de las montañas con horizontes ilimitados y fuera del campamento. Nuestra liberación de estas habitaciones necesita no sólo valor, sino el perdón sanador de Dios”, indicó, señalando que el pecado nos encierra en prisiones de narcisismo y política partidista, como el hijo mayor que no quiere unirse a la fiesta de bienvenida a casa de su hermano pródigo.

“El forastero en la playa”

Todas estas apariciones de la resurrección comienzan en la oscuridad, resaltó fray Timothy el 1 de octubre en su tercera meditación, observando que para María Magdalena fue la oscuridad de su ignorancia de que el Señor había resucitado, pero Él está allí esperándola, mientras que para los discípulos en la habitación cerrada fue la oscuridad de su miedo. “Cristo resucitó el Domingo de Pascua, conquistando la noche, y, sin embargo, una y otra vez nos encontramos de nuevo en la oscuridad. La oscuridad de la guerra, la crisis de abuso sexual, y así sucesivamente”, señaló fray Timothy, quien recordó la escena en la que los discípulos vuelven a la vieja rutina y van a pescar, pero sus redes están vacías, ellos están vacíos, hasta cuando obedecen la voz del Señor, al que inicialmente no habían reconocido, y lanzan la red al otro lado, llenándola de peces. “Hemos venido a este Sínodo en obediencia. Para muchos parece inútil. Hemos trabajado días y noches y quizás dudamos de que se logre algo. Pero la Iglesia dice ven, y hemos venido. Hemos lanzado la red al otro lado de la barca, incluso cuando algunos de nosotros creemos que no habrá pesca. Pero esta obediencia puede ser fructífera de maneras que no imaginamos”, afirmó.

“Desayuno con el Señor”

El desayuno después de la pesca fue la escena que citó fray Timothy también el 1 de octubre, en su cuarta meditación, en la que destacó que la conversación que tiene lugar allí “es quizás la más sutil y delicada de la Biblia”, subrayando que Jesús abre el espacio para que Pedro desdiga tres veces su triple negación. “¿Frotamos la nariz de las personas en la necedad de lo que han dicho o hecho? ¿O abrimos suavemente un espacio para que puedan seguir adelante?”, preguntó fray Timothy, quien puso de relieve que en esta escena hay una “lección de máxima importancia para este Sínodo”, pues Jesús confió en Pedro y le confió el rebaño a pesar de que hasta ese momento había sido poco confiable. “La Iglesia está fundada en la roca de la confianza inmerecida de Dios en Simón Pedro. ¿Nos atreveremos a confiar unos en otros a pesar de algunos fracasos? Este Sínodo depende de ello”, concluyó.

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