“PredicArte”
Es muy común, al plantear una espiritualidad de la predicación dominicana, recurrir a la famosa sentencia de Santo Tomás de Aquino que predicar es “contemplar y dar los frutos de lo contemplado”. Solemos puntualizar que predicar no se limita a los espacios litúrgicos o a la homilía, y que la proclamación del Evangelio se lleva a cabo en todos los ámbitos de la vida comunitaria, pastoral y humana. Entendemos que predicar es en cierto modo vivir como Santo Domingo, hablando siempre o con Dios o de Dios.
Aseveramos todo esto a la vez que somos una Orden renombrada por la prioridad de las palabras, a tal punto que resulta difícil imaginarse a un dominico que poco habla o nada escribe. El patrimonio teológico dominicano se destaca precisamente por su lucidez conceptual y precisión filosófica, frutos del poder esclarecedor del logos. Sin embargo, no solo somos la Orden de Santo Tomás de Aquino, Gustavo Gutiérrez e Yves Congar. También hemos dado al mundo artistas como Fra Angelico, Plautilla Nelli y Kim En Joong. En su obra y en la de muchos otros artistas dominicos, vemos que el poder intuitivo de la imagen nos trasporta al instante adónde la precisión filosófica solo nos desplaza progresivamente por medio de la lógica.
Tanto la palabra como la imagen tienen sus ventajas y limitaciones, y por ello se complementan, a veces hasta ocupando un mismo espacio en el arte cristiano, como en la iconografía bizantina, los manuscritos iluminados del Medioevo o los retablos de santos de la piedad popular. El arte cristiano es una reflexión teológica visual en que la imagen predica y encarna la contemplación del misterio de la fe. Esto cobra mayor sentido cuando recordamos que todo símbolo – sea la palabra escrita, la imagen gráfica o una obra musical – habla de Dios y lo encarna a la medida que nace del encuentro de su autor con el Autor de la vida. Es por esto que Santo Tomás puede hablar de la predicación a partir de la contemplación, y no en primer lugar desde el acto de escribir o declamar. La Palabra de Dios nos llega al oído, pero no deja de seducirnos por el ojo…
No debe sorprendernos que cada dominica y dominico tenga su manera particular de contemplar y proclamar a Cristo a través de su obra creativa y pastoral. Para los artistas de la Orden, la pintura, la música, la literatura y todo empeño pastoral, cuando surgen de nuestra intimidad con el Señor, son reflejos de nuestra subjetividad humana que, sumergida en el Misterio de Dios, se convierte en punto de encuentro con el Misterio que tanto nos ama. Todo arte que nace de la gracia del encuentro con Dios es reflejo de la Encarnación, el Misterio del Verbo hecho carne. Es así como la vida interior del artista, llena de gracia como el seno de María, recibe la asombrosa capacidad de concebir, gestar y alumbrar a Dios.
Fray Cristóbal Torres Iglesias, OP
Fr. Cristóbal Torres Iglesias, OP, hijo de la Provincia de San Martín de Porres en Estados Unidos, nació en Nueva York el 28 de diciembre de 1971 de padres cubanos. Ingresó al noviciado en 2009 e hizo su primera profesión en la Orden el 8 de agosto de 2010. Recibió la ordenación diaconal el 19 de octubre de 2013 y la ordenación sacerdotal el 21 de junio de 2014. Cursó los estudios universitarios (BA) en la Rutgers University, la Maestría en Trabajo Social (MSW) en la New York University, la Maestría en Teología (MDiv) en el Aquinas Institute of Theology y el Doctorado en Teología (DMin) en la Barry University. Durante nueve años sirvió como Capellán Universitario y Profesor Adjunto de Teología en la Barry University. Además, ha servido a la Orden como intérprete y traductor en el Congreso Internacional para la Misión de la Orden (2017), y en los Capítulos Generales de Trogir (2013), Bolonia (2016), Biên Hòa (2019) y Tultenango (2022). El 8 de septiembre de 2023, el Maestro de la Orden, Fr. Gerard Francisco Timoner III, OP, nombró a fray Cristóbal como Promotor General del Laicado. Fray Cristóbal también predica a través de las artes visuales, realizando obras iconográficas y novelas gráficas. Entre sus obras, se encuentran Dominican Last Supper; el diseño de las ventanas de la Capilla Santa Rosa de Lima de la comunidad Zanmi Beni en Puerto Príncipe, Haití; la cruz icono de la Capilla Cor Jesu de la Barry University; la portada de A Prophet to the Peoples: Paul Farmer’s Witness and Theological Ethics, editado por Wipf and Stock Publishers, y varias obras editadas y en colecciones privadas.
