Capítulo General de Definidores
Día 9º
Tultenango, 24 de Julio de 2022
Hoy es día del Señor, un grupo de capitulares fueron a visitar el monasterio de las monjas de la Virgen Inmaculada de la Salud en Pátzcuaro, Michoacán; y otro, celebró la eucaristía en la Casa de Retiros de Tultenango.
En Pátzcuaro, Michoacán, las monjas del monasterio de la Virgen Inmaculada de la Salud recibieron al Maestro de la Orden y al grupo de capitulares. En el convento, las monjas mostraron a los capitulares el Acuario “Cez janue in k’umanchikua” “Jimbani Erandi” (Nuevo amanecer), y compartieron el jarabe medicinal fabricado con la piel del “achoque”. En el acuario, protegen a una colonia de achoques –salamandra prima del ajolote-, Ambystoma dumerilii (nombre científico) los cuales son oriundos del lago de Pátzcuaro y se encuentran en peligro de extinción.
La eucaristía fue presidida por fray Gerard Francisco Timoner III, OP, Maestro de la Orden, y concelebraron: fray Luis Javier Rubio, OP, Provincial de la Provincia de Santiago y Leopoldo González, Abad de la Basílica de Pátzcuaro. El Abad dio la bienvenida al Maestro de la Orden y a los frailes capitulares, con estas palabras:
“Late el corazón de la Virgen. Su manto azul es reflejo del Lago de Pátzcuaro, pero también es anuncio del cielo, hogar divino… Sus manos orantes son súplica poderosa ante el Dios siempre fiel y cercano, es intercesión que abraza al que gime llorando en este valle de fugaces gozos y lágrimas. Esta presencia de María encarnada en la Pasta de Caña, técnica indígena en la que fue hecha, encuentro de bellas y ricas culturas, es la razón de la presencia dominica en este bello rincón de Michoacán desde hace 275 años. Las manos y el amor de las hermanas visten y embellecen la imagen no sólo con sus hermosos vestidos y preciosas alhajas, sino sobre todo con su amor filial y su ternura femenina que solo la virgen puede comprender y acoger como delicado tesoro. En este corazón amoroso de la Virgen de la Salud depositamos la Orden de Predicadores, en él encontrarán un reconfortante tesoro y una intrépida esperanza para seguir caminando tras las huellas de Jesucristo acompañados e inspirados en santo Domingo. ‘Bienvenidos a esta su casa’, como decimos en México, bienvenidos a la casa del consuelo y la esperanza”.
El Maestro de la Orden destacó en su homilía: “cuando fuimos bautizados nos convertimos en hijas e hijos adoptivos de Dios, por lo que entramos no solo en una nueva relación con Dios, sino que también entramos en una nueva relación con María, José, los santos, santo Domingo y todos los santos de Dios. El bautismo es parte del horizonte de nuestras relaciones familiares. El bautismo, amplia los límites de nuestra familia. Un hombre sabio dijo: la esencia última de la religión se revela en su acto más simple, esto es la oración. Lo que creemos y lo que realmente somos como Iglesia se revela cuando nos reunimos para adorar a Dios, para celebrar la liturgia. La liturgia revela quiénes somos los unos para los otros, hermanos y hermanas, hijos y e hijas de Dios”.
Celebrada la eucaristía, el Maestro de la Orden y los capitulares junto a las monjas dominicas subieron para saludar la imagen de la virgen que está ubicada en la parte alta del altar mayor de la Basílica.
En seguida, la Familia Dominicana de Pátzcuaro compartió los alimentos con los frailes capitulares, además de una serie de danzas autóctonas con las que los frailes se adentraron en la cultura de Pátzcuaro, cuna de la “danza de los viejitos”, danza que representa a nivel internacional a la cultura mexicana. En dicho momento no faltó el tradicional mariachi mexicano, que animó a cantar a los capitulares.
Por su parte, en Tultenango, los capitulares celebraron la eucaristía. En su homilía, fray Salvatore Di Fazio, OP, preguntó: “¿quiénes son los justos que pueden impedir la destrucción de Sodoma? … ¿Somos justos nosotros?… San Pablo es justo porque “creyó en Dios, en su misericordia, en la esperanza contra toda esperanza”.
Fray Salvatore avivó el optimismo después de una semana de trabajo capitular. Y destacó el perdón enseñado en la oración por el mismo Jesús: “En la misma oración debemos pedir al Padre que nos preserve de la tentación de la desesperación, para que nos conceda su Espíritu y podamos entender los tiempos que vivimos y encontrar las soluciones que Él quiere.”
El día finalizó con el rezo vísperas. Después de este día de descanso, los capitulares retomarán sus respectivos trabajos.