
El nuevo purpurado presidió la Eucaristía en la Basílica de Santa Maria sopra Minerva donde hace 16 años ingresó a la Fraternidad Sacerdotal de Santo Domingo.
El 14 de diciembre de 2024, el Cardenal Frank Leo, Arzobispo Metropolitano de Toronto, presidió la Eucaristía en la Basílica de Santa Maria sopra Minerva con ocasión de sus 28 años de ordenación sacerdotal, que celebró junto con la Familia Dominicana, a la cual lo une un fuerte vínculo, pues es miembro de la Fraternidad Sacerdotal de Santo Domingo. De hecho, en la misma Basílica hizo su profesión perpetua como sacerdote terciario de la Orden el 11 de mayo de 2008.
“Estoy feliz de estar aquí junto a la Tercera Orden Dominicana porque yo también, por la gracia de Dios, soy miembro de la Tercera Orden de Santo Domingo”, dijo el Cardenal Leo en entrevista publicada en la página de Facebook de los Frailes Dominicos de la Provincia Romana de Santa Catalina de Siena. “Para mí – agregó – ha sido una gran alegría poder celebrar juntos, con este carisma de Santo Domingo que después de más de ocho siglos sigue dando frutos. Es un santo extraordinario que nos lleva a lo esencial del mensaje de Jesús: la predicación para la salvación de las almas. En este sentido, la pobreza debida, la importancia de la vida comunitaria, de la oración y del estudio, la importancia de ser hijos de la Iglesia. Creo que Santo Domingo fue siempre fiel a esto, respondiendo siempre a los signos de los tiempos, a las necesidades de la Iglesia de la época, en el esclarecimiento del dogma para atraer a las almas a Cristo, incluso aquellas que se habían perdido debido a ideas equivocadas”.
“La verdad nos hará libres, dijo Jesús. Esta verdad que siempre predicó Santo Domingo. Y cada uno de nosotros debe hacerlo, y cada día ser conscientes de la verdad sobre quiénes somos. La verdad que siempre se debe expresar con nuestras palabras y vivir plenamente. Es una alegría muy especial y agradezco al Señor y al convento de la Minerva, a los frailes dominicos y a la Tercera Orden por esta oportunidad única de estar juntos y alabar al Señor. Santo Domingo, Santa Catalina y todos los santos son luminosos, son nuestros guías, son hermanos y hermanas que nos muestran el camino de la santidad. Por eso demos gracias al Señor, que nos ha dado a todos estos santos como protectores, como compañeros en este camino común”, concluyó el purpurado.
“En el antiguo Registro de la Fraternidad de la Minerva anoté la acogida y posterior profesión del padre Frank Leo, poniendo con un asterisco Fraternidad sacerdotal dominicana. Era el primer sacerdote que acogía. Hoy como cardenal ha puesto su firma refrendada por la mía”, dijo fray Antonio Cocolicchio, OP, actual Provincial de la Provincia Romana de Santa Catalina de Siena al término de la celebración.
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