En Vietnam, las flores son religiosas

Preparan bienvenida al Tết 2020

Vietnam celebra el Año Nuevo 2020 o Tết, del 23 al 29 de enero. Lo curioso es, que también los templos y pagodas son escenarios para la meditación y la serenidad mental, para pedir el bienestar personal y familiar.

Una persona vietnamita hereda la larga tradición religiosa del budismo, taoísmo, y confucianismo; además, conecta la mitología y la naturaleza. Sus dioses bajan de los cielos en vísperas del año nuevo para revisar los asuntos terrenales, pero también rondan los malos espíritus. Y aunque, los cristianos sean una minoría de la población, también oran a su Dios en el Tết.

La hermana Duyen Anh muestra algunas fotos y nos cuenta cómo se preparan en los conventos. Ella, es religiosa dominica de Santa Rosa, se encargó de la decoración floral durante la Celebración del Capítulo General de la Orden de Predicadores en Vietnam (julio, 2019).

La fiesta del año Nuevo lunar – Tết Nguyên Đán – marca el primer día de la primavera (Hội xuân). Por este motivo, las flores son más bellas y religiosas: “ni Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de los lirios del campo” (cfr. Mt 6,29). Cabe resaltar, la flor del loto es símbolo nacional, de preferencia el rosado.

La hermana Duyen Anh nos cuenta que las hermanas limpian su convento, este rito es repetido por otras comunidades religiosas para dar la bienvenida al año nuevo. “Estoy feliz” expresa, “porque terminé ya de limpiar. Hay muchas flores. Y también iré a visitar a mi familia durante mis vacaciones. Somos 5 hermanos, soy la más joven, todos están casados, y mis padres tienen más de 60 años”.

Con las fotos, también nos explica lo que vende el mercado de flores del Tết. “En el norte, Hoa Dao, la flor emblemática es del durazno, florece rosado, y en el sur la Hoa Mai (la flor amarilla de albaricoque). Vivo en el sur”, aclara Duyen. Naturalmente, cada flor tiene un significado, por ejemplo, decoran sus salas con el árbol kumquat para atraer la fertilidad y abundancia. Las familias ponen un bamboo con un pañuelo (el color depende de la región) como signo de buena suerte. A propósito, recuerda: “el edificio del Seminario San José en Biên Hóa, tiene decoraciones de bamboo para representar a los cristianos, quienes pese a las tempestades se han doblado, pero nunca se han quebrado”.

En una foto impresionante, nos muestra numerosas ollas a fuego vivo cociendo el pastel de arroz o  Banh Chung. La mesa es una fiesta del encuentro, los malos espíritus ya están muy lejos, los comensales venidos desde lejos, los catequistas y colaboradores, las hermanas y los sacerdotes forman una gran familia, unida para recibir al nuevo año.

La hermana Duyen An dice: “el florero puede ser la iglesia, yo misma aunque pequeña, para contener la imagen de Dios”. En los floreros del Tết se utilizarán: Kumquat, bonsais, crisantemos, celosías, gladiolos, begonias, dalias, etc. “Amo el color de las flores como el siervo sediento de un arroyo fresco. Soy amiga de las flores, creaturas de Dios, el lenguaje no verbal del amor de Dios. Con las flores la liturgia es más solemne, vivida y gloriosa. ‘Todo lo que germina en la tierra, bendiga al Señor, cántele, exáltele eternamente.’ (Daniel 3,76). Esa fue la primera lección para mí al iniciar mi labor en el Capítulo General de Biên Hòa.” (Entrevista, 11 setiembre, 2019).

Finalmente, Dios nos regala la belleza y no trae los malos espíritus. Arrancamos las flores pero no su belleza. Entonces, a bañarse y limpiar el alma, necesitamos luz y color para nuestras vidas.

Por Javier ABANTO

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