Homilía de fr. Rodolfo Segura Garrido, OP

Homilía del 25 de julio 2022 de fr. Rodolfo Segura Garrido, OP
Solemnidad del Apóstol Santiago

Queridos hermanos y hermanas, hoy celebramos la fiesta universal de uno de los doce apóstoles, el Apóstol Santiago.

Santiago fue llamado cuando estaba arreglando las redes junto con Juan, su hermano; dejando las redes y a sus compañeros de trabajo decide seguir al Señor. Deja ese grupo de trabajadores para formar parte de otro grupo más cercano a Jesucristo, conformado por: Pedro, Santiago y Juan. Un grupo que vio a Jesús Transfigurarse en un momento particular para ellos; también fueron a la casa de Jairo y vieron a Jesús resucitar a su hija; otro momento es cuando Jesús los invita a orar cerca de él, en el Getsemaní a punto de entregar su vida.

La Tradición menciona que Santiago llegó hasta “finis terre” es decir, hasta el final de la tierra, evangelizó España, especialmente Galicia y Tarsis; después fue decapitado y llego a ser el primero de los apóstoles que dio su vida por dar testimonio de Cristo, siendo capaz de beber del mismo cáliz, tal como lo hemos escuchado en el evangelio; por este testimonio a Santiago se le ha considerado el patrono de España.

La Tradición también nos habla de Santiago de Compostela (que significa el campo de la estrella) lugar donde un resplandor señala la tumba del Apóstol. Desde el siglo IX se transformó en el modelo de peregrinación. La peregrinación data de siglos antes de Jesucristo, pues ya los judíos peregrinaban hacia Jerusalén, iban por lo menos una vez al año aquellos que podían más y se dice que una vez en la vida se tenía que ir. Hoy sabemos que una peregrinación representar un signo de ir hacia la verdadera Jerusalén, hay salmos que indican el caminar hacia la ciudad Santa, hacia la Patria Celestial. Cada peregrinación es como un resumen de la vida entera de cada uno. La peregrinación permite un componente espiritual innegable de fe, incluso hasta para los que no creen.

Hermanos no es casualidad, todos hemos realizado una peregrinación para encontrarnos aquí en la Provincia de Santiago de México. Hemos venido de distintos lugares del mundo convocados por Santo Domingo de Guzmán y el Apóstol Santiago a través del Espíritu Santo, para formar parte del grupo cercano a Jesucristo.

Santiago es aquel que nos invita a descubrir cómo tenemos que aprender a evangelizar; manifestemos que es necesario estar cerca de Cristo y ver. Ya nos lo dice la Sagrada Escritura en otro momento, cuándo los discípulos le preguntan “Maestro, ¿dónde vives?… les contesta, ven y lo veras” Hay que adquirir la capacidad de tener el ideal de seguirlo hasta el fin, incluso a costa de dar la vida. El Apóstol Santiago es un verdadero seguidor de Cristo, ha visto todo: ha encontrado la perla preciosa, ha tomado del agua convertida en vino, ha visto al Señor caminar sobre las aguas, ha sido testigo de la multiplicación de los panes, ha visto al Señor que se le aparece, después de todas estas experiencias, puede dar la vida. Por lo tanto, estamos invitados como Santo Domingo a dar la vida predicando la Gracia, pero primero conozcamos a Cristo para ser capaces de entregarla siendo testigos de la Verdad.

Hermanos, estamos reunidos en torno a la mesa de la Eucaristía para encontrarnos con Jesús que murió por amarnos, para que nosotros seamos capaces de amar del mismo modo a los demás. Esto es un gran compromiso y al mismo tiempo es un problema para quien está buscando confort, o comodidad, ya que seguir a Cristo no es precisamente el camino de la tranquilidad, el de no tener problemas; es el camino de un ideal tan claro, que uno va incluso en medio de las dificultades. Claramente nos lo dice San Pablo: “Atribulados en todo, más no aplastados; apurados, más no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, más no aniquilados…”

Si bien la fe nos da la fortaleza, también nos provee de serenidad y sobre todo seguridad en aquellos momentos en los que vamos a realizar acciones en nombre de Dios. El combate de la fe es hacer que cualquier dificultad se haga polvo para el que todo lo cree, siendo capaz de seguir adelante a pesar de las adversidades. Pidamos al Señor esa voluntad férrea que otorga la gracia de Cristo que, habiéndolo conocido, no lo cambiemos por nada en el mundo. El Apóstol Santiago adquirió esta voluntad, y con la peregrinación de nuestras vidas nos invita a descubrir que en Jesucristo todo es posible y en Jesucristo lo tenemos todo. Que así sea.

Fr. Rodolfo Segura Garrido, OP.

Fr. Rodolfo Segura Garrido, OP.
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