Una oración prodigiosa, simple y grande. Un vínculo entre el cielo y la tierra, pero también el pegamento de la comunidad cristiana porque puede unir al analfabeto y al intelectual católico. El Rosario es lo que el Papa Francisco ha llamado “una síntesis de la historia de la misericordia de Dios que se transforma en la historia de la salvación para aquellos que se dejan moldear por la gracia”.
El culto al Rosario tiene orígenes muy antiguos. La oración del Rosario tiene su origen en el siglo XII, cuando los monjes cistercienses, partiendo de la tradición de dedicar una corona de rosas a la Virgen María, desarrollaron una guirnalda especial: una oración que llamaron Rosario, asimilada a una mística corona de rosas ofrecida a la Virgen. Pero se formalizó a finales del siglo XVI para conmemorar una célebre victoria de los cristianos sobre los musulmanes en la época del expansionismo otomano: la de la batalla de Lepanto. Rezar con el rosario significa construir mentalmente una corona de rosas en honor a María y, al mismo tiempo, en honor a Cristo.
Y en el mes dedicado a la Virgen del Rosario, las reflexiones sobre esta querida oración se centran también en su iconografía, que se convierte en un instrumento privilegiado de evangelización.
El padre Giovanni Calcara se ocupa desde hace muchos años de las rarezas iconográficas del Rosario. Ha concentrado una intensa actividad de investigación, consciente de la importancia de la iconografía como medio de evangelización, y ha dedicado al tema un importante volumen titulado “El Rosario, escuela y síntesis del Evangelio”, que salió en dos ediciones en 2019.
“La representación de la Virgen del Rosario está muy extendida, es frecuente verla en las iglesias o en los santuarios de las obras”, continúa, “Es inevitable para un dominico como para un cristiano estar enamorado del Rosario: amarlo significa también recitarlo como una oración, pero también como un medio de evangelización, como decía Santo Domingo: una oración de devoción, que anuncia el misterio de Cristo.
“Como dominico”, dice el padre Calcara, “es natural que mis estudios, tanto teológicos como de investigación iconográfica, se hayan topado con el Rosario por ser la oración no sólo más querida por la Virgen, sino también por investigar la actualidad de su espiritualidad. Si observamos el contexto moderno, en el que la devoción se considera un asunto privado, vemos una paradoja: por un lado, decimos que vivimos en un contexto contemporáneo racional y agnóstico, pero por otro lado hay tantos actos de devoción que a veces resultan supersticiosos. Hay una adhesión sentimental episódica ligada a la necesidad, y desgraciadamente no todos se dirigen a Dios, a la Virgen, a los santos. Hay muchas personas en toda Italia que, por desgracia, recurren a los adivinos. Pero como dice el Papa, precisamente porque el hombre vive en esta dimensión de esquizofrenia y falta de identidad y planificación, necesitamos espiritualidad y espiritualizar, y dar un alma a nuestras vidas,
“El Rosario, tal y como lo plantean -añade-, no sólo los dominicos representa la belleza de la espiritualidad, contemplativa y recitativa. Mientras meditamos el misterio de Cristo, mediante el rezo de las Avemarías hacemos fluir este río en el cauce de la meditación del misterio de Cristo, para que al final este río pueda alisar incluso las piedras, convirtiéndolas en guijarros”.
Según el Padre Calcara, “el Rosario tiene una gran relevancia hoy en día, si sabemos explicarlo. Si hemos reducido el Rosario a un rezo para señoras mayores antes de la misa, la gente no entiende y no se puede apreciar algo que no se conoce, como la espiritualidad de los grandes santos de la Iglesia. El problema -concluye- es también de nosotros, los sacerdotes, que no sabemos dar sentido a la riqueza de lo que el Espíritu Santo ha inspirado a lo largo de los siglos, y en todas las familias religiosas”.
El tema de la investigación más reciente del padre Calcara es una obra de Vincenzo da Pavia (1540), Chiesa San Domenico, Palermo. La obra”, explica, “contiene varios temas: la representación de los misterios, para ilustrar a la gente que no sabía leer; Santo Domingo y Santo Tomás de Aquino, los santos patronos de Palermo Santa Cristina y Santa Ninfa”. Y de nuevo, de la Escuela de Granada (attr.) siglo XVIII, la representación de las Ánimas del Purgatorio, Parroquia de Santiago Apóstol, Santiago de la Espada (España). “Una obra -ésta- que engloba la devoción de Nuestra Señora del Monte Carmelo y de Nuestra Señora del Rosario intercediendo por las Almas Santas del Purgatorio, y la presencia de San Francisco de Asís. Según las promesas de la Virgen al beato Alain della Rupe, “todos los que difundan la devoción del Rosario serán preservados de las penas del Purgatorio”.
La investigación iconográfica del padre Calcara se centra también en una obra de Giambattista Tiepolo (1696-1770), Venecia Santo Domingo ‘instituye’ el Rosario: la Virgen María con predilección, desde el Cielo, mira a Santo Domingo que ‘regala’ las cuentas del Rosario a una multitud de gente sencilla, humilde y pobre. Y, por último, un Anónimo, siglo XV, Museo Regional de Mesina, Virgen del Rosario: “Las cuentas del Rosario, en lugar de ser entregadas a Santo Domingo, son dadas por la Virgen María a un Papa (tal vez San Pío V), casi como para significar que la oración pertenece a toda la Iglesia, porque se considera de “origen divino” y por tanto “saludable” para la salvación de las almas”.
Y en palabras de monseñor Filippo Remondino, encargado de la investigación iconográfica del padre Giovanni Calcara: “Trabajos como éste y otros similares permiten superar el riesgo de que muchas memorias y documentos, escritos, orales, materiales, se pierdan o se dispersen. A partir del prodigioso rezo del rosario, una oración sencilla y grandiosa que une al analfabeto y al intelectual católico, no sólo se despliega una historia de la devoción, sino también una historia sociocultural. Está el símbolo que interpreta el acontecimiento y el acontecimiento que hace del símbolo un motivo creciente de identidad y misión”.
por Maria Rita Galati,
En “Maria con te”, revista semanal mariana, publicada por Editrice San Paolo, n. 40 del 2 de octubre de 2022.
