Entrevista a Fr. Vicente Botella Cubells, OP, Maestro en Sagrada Teología
La propuesta teológica que la Orden puede ofrecer hoy a la Iglesia y al mundo “ha de ser una teología al servicio de la predicación de la buena nueva y, por ende, en contacto con la realidad, los problemas, las inquietudes y las fronteras de los hombres y mujeres de hoy”, indica Fr. Vicente Botella Cubells, OP, quien recibió el grado de Maestro en Sagrada Teología del Maestro de la Orden en 2023, en la siguiente entrevista concedida a los medios de Ordo Praedicatorum.
Magister in Sacra Theologia (Maestro en Sagrada Teología)1
¿Qué significa para usted haber recibido el grado de Maestro en Sagrada Teología del Maestro de la Orden?
En primer lugar, ha supuesto una sorpresa. La verdad no me esperaba que mis hermanos, encabezados por el Prior Provincial, consideraran que reunía los méritos requeridos para la recepción del magisterio en teología y que, además, así se lo presentaran al Maestro de la Orden ¡Es como si este título me viniese grande! En consecuencia, agradecimiento (a la Orden, al Maestro de la Orden y a mis hermanos) es la segunda palabra que resuena en mí en relación con esta distinción. Todo lo que he estudiado, reflexionado, enseñado o publicado se lo debo a la Orden que me acogió y me ofreció una buena formación, disponiendo las cosas para que pudiera dedicarme a la Teología. Finalmente, el magisterio recibido significa para mí una responsabilidad y un acicate, pues he de ser consecuente con el reconocimiento que se me ha concedido y seguir sirviendo, con mayor ahínco si cabe, a la predicación dominicana a través de mi quehacer teológico.
En su opinión, ¿cuál sería la propuesta teológica actual de la Orden a la Iglesia y al mundo?
Bueno, no sé si soy capaz de perfilar exactamente cuál es la propuesta teológica que la Orden ha de ofrecer hoy a la Iglesia y al mundo. Entiendo, en cualquier caso, que esta ha de seguir nuestra tradición y, por tanto, la senda abierta por esa comunión armónica entre el carisma de la predicación de Domingo y la forma de hacer teología de Tomás de Aquino. Por consiguiente, ha de ser una teología al servicio de la predicación de la buena nueva y, por ende, en contacto con la realidad, los problemas, las inquietudes y las fronteras de los hombres y mujeres de hoy. Una teología elaborada a partir de la Palabra de Dios, pero en constante diálogo con las distintas disciplinas del saber y de la ciencia; en este sentido, una teología interdisciplinar o, como dice el Papa Francisco en la Veritatis Gaudium, transdisciplinar. Una teología preocupada por la aportación que los cristianos (ecumenismo) y las religiones (diálogo interreligioso) pueden hacer en pro de un mundo justo, pacífico, fraterno y ecológico. Una teología positiva que, a pesar de las dificultades y de los problemas que se viven, exprese la confianza del Dios cristiano en el ser humano y, por tanto, la esperanza. Una teología asentada tanto en la profundidad de la contemplación, como en el rigor científico.
A la luz de la Teología del Matrimonio, ¿cuál puede ser la respuesta de la Orden y de la Iglesia a los desafíos a los que se enfrenta la familia hoy?
La conception chrétienne du mariage est fondée sur le principe le plus grand et le plus reconnu dans la vie humaine : l’amour. Bien entendu, cet amour, considéré du point de vue de la révélation, a une hauteur qui va jusqu’à Dieu et, en allant jusqu’à Dieu, dit aussi la vérité de l’être humain. L’amour présuppose l’altérité, car il n’est jamais autoréférentiel. Le mystère du Dieu chrétien en est la preuve, étant donné son profil trinitaire. Dieu est amour et, par conséquent, mystère de communion qui, en outre, a débordé en appelant à être ce qui n’était pas. Dans la création, il a donc laissé son empreinte (une empreinte d’amour). En particulier, cette empreinte est présente dans la créature humaine (imago Dei).
Par conséquent, la personne, dont la raison d’être est l’amour, atteint son accomplissement lorsqu’elle s’ouvre avec amour à l’altérité. Sans la relation interpersonnelle orientée par l’amour qui recherche la communion, l’être humain ne se développe pas dans son intégrité. De ce processus, à la fois anthropologique et théologique, la réalité du mariage est un signe éminent, un sacrement. D’où sa richesse et sa signification. Ainsi, l’expérience de l’amour de communion du mariage est elle-même une expérience du Dieu Créateur, mais surtout du Dieu Sauveur qui, en Jésus-Christ, a manifesté l’amour dans toute sa radicalité, sa largeur et sa profondeur. C’est pourquoi cette même expérience reflète également le mystère du Dieu trinitaire, puisque la vie humaine se transmet et grandit : le mariage devient famille.
Ainsi, dans la famille, l’étonnante merveille du don de la vie, qui a pour source le Dieu Un et Trine, devient plus visible. En bref, la communion matrimoniale donne naissance à une communion plus large : la famille. Il existe, comme on le voit, une relation intrinsèque et naturelle entre les deux réalités. Dans ce contexte, il est tout à fait naturel qu’une crise dans la compréhension du mariage conduise à une crise dans la compréhension de la famille et vice versa. Quelle contribution la théologie du mariage peut-elle apporter à la crise de la famille ? Je comprends que, avant tout, la valeur d’un signe efficace à l’intérieur duquel il doit être compris.
Étant donné qu’il s’agit d’un sacrement, il projette une signification qui nous fait réfléchir et, par conséquent, malgré les difficultés, il peut servir de guide, dans la confusion dans laquelle nous vivons. D’une part, il y a les dimensions reflétées dans le signe du mariage : le don total, définitif et fructueux dans l’amour. D’autre part, il y a l’espace de confiance et d’attention offert par l’expérience du sacrement de mariage : un espace de confiance qui se traduit, par exemple, par la stabilité qu’il offre à la réalité familiale pour son développement et sa mise en œuvre.
Ces valeurs ou principes offerts par la théologie du mariage sont toujours valables et devraient être offerts sans crainte aux personnes qui nous entourent. D’ailleurs, je suis sûr que beaucoup peuvent s’y reconnaître parce qu’ils aspirent probablement à les vivre. Parfois, dans la répétition de divers mariages et dans le désir de se réfugier dans la chaleur du foyer familial, il y a au contraire l’affirmation de ce que la théologie du mariage enseigne et ne parvient pas à réaliser… Il est vrai que les nouvelles anthropologies, avec la question du genre et du transhumanisme, posent un grand défi à la théologie du mariage et de la famille. Ici, le défi d’un dialogue éclairant n’est pas seulement du côté de la théologie du mariage, mais aussi du côté de la vision chrétienne de l’être humain (anthropologie théologique).
¿De qué manera el sacramento de la reconciliación puede ayudar a los jóvenes de hoy?
Sí, creo que el sacramento de la reconciliación puede ayudar a los jóvenes de hoy de diversas maneras. Eso sí, siempre que lo presentemos con sentido. En primer lugar, está el reconocimiento y la aceptación de la responsabilidad y de la vulnerabilidad. No hemos enseñado a los jóvenes, en las sociedades occidentales, a reconocer los límites y los fallos. En este contexto, no les resulta fácil asumir la responsabilidad derivada de las propias acciones: la conciencia de pecado no existe. Por tanto, enseñar a la juventud a auto examinarse, para descubrir que hace cosas mal, que daña a los demás y se perjudica a sí misma, es saludable. Curiosamente, esta asunción de responsabilidad, para los cristianos, lejos de empequeñecer, humaniza y madura, porque muestra que asumir la pobreza y la debilidad de la propia condición puede cambiar las cosas: es, sin ir más lejos, el paso imprescindible para iniciar un camino de crecimiento personal. Ser vulnerable y equivocarse no es una tragedia, también es una oportunidad para mejorar. Por esta vía, la reconciliación que Dios ofrece en el sacramento del perdón va en esa línea sanadora que puede ayudar a superar esa mentalidad de Peter Pan en la que nos forma la sociedad de hoy. En ella, aunque no hay conciencia de culpa, cuando alguien la siente no sabe cómo sobrellevarla. Y esto hace mucho mal, sobre todo, a los jóvenes. Luego, está todo el horizonte relacionado con el ser escuchado, comprendido y perdonado. Los jóvenes de hoy, a pesar de estar súper comunicados, están muy solos. Tristemente solos. No les resulta fácil abrirse con sinceridad (mostrarse tal cual son) porque están más bien preocupados y ocupados en ganarse “el like” de los demás en cada cosa que hacen o cuelgan en las redes. En este sentido, encontrar donde y con quien expresar lo que uno siente o le pasa sin ser juzgado y experimentar la misericordia, constituye otra riqueza del sacramento de la reconciliación que se ha de transmitir con sabiduría. Además, sentirse acogido y perdonado ayuda mucho a comprender al otro, a ponerse en su piel y, en este sentido, facilita las relaciones sociales. Otro valor de la reconciliación de cara a los jóvenes es la posibilidad de iniciar una dirección espiritual o acompañamiento. Sentirse perdido en la sociedad de hoy es relativamente fácil. Encontrar una persona con la que contrastar las cosas es un lujo que hay que cuidar. El sacramento del perdón brinda esta posibilidad. Esta perspectiva, que está en el origen del modelo de la confesión auricular que se emplea en la Iglesia desde hace mucho tiempo es un valor para proponer con pedagogía a nuestro mundo y, de manera particular, a los jóvenes.
¿Le gustaría agregar algo?
Simplemente, el agradecimiento por esta oportunidad. Un saludo a todos.
Fr. Vicente Botella Cubells, OP, nació en Valencia, España, en 1962. Hizo su profesión en la Orden en 1981 en la Provincia de Aragón (actualmente Provincia de Hispania). Recibió la ordenación sacerdotal en 1987. Maestro en Teología en la Orden de Predicadores y Doctor en Teología por la Universidad de Friburgo (Suiza), es Catedrático de teología dogmática en la Facultad de Teología de Valencia, de la que ha sido Decano en dos ocasiones y de la que actualmente es Vicedecano.
De 1998 a 2007 fue Maestro de Estudiantes de los frailes dominicos de las Provincias de Aragón, Andalucía y España. Es el actual Delegado episcopal de relaciones interconfesionales y diálogo interreligioso en la diócesis de Valencia. Es autor de varios libros, entre ellos, “Hacia una teología Tensional” (1994), “El Vaticano II ante el reto del tercer milenio” (Salamanca-Madrid, 1999), “Dios escribe y se escribe con trazo humano” (Salamanca-Madrid, 2002), “Sacramento, una noción cristiana fundamental” (Salamanca, 2007) y “Creer la Palabra y ponerse en camino” (Madrid, 2016).
- Se trata de un título honorífico concedido por el Maestro de la Orden, siguiendo la recomendación del Consejo general conforme a algunos requisitos exigidos para la concesión del mencionado título. El título data de 1303, cuando el Papa de entonces Benedicto XI, dominico, creó este grado para que la Orden de Predicadores pudiera conceder la facultad de enseñar teología. Actualmente es un título honorífico y exclusivamente académico, pero es el reconocimiento más alto de excelencia en las Ciencias sagradas dentro de la Orden de Predicadores. ↩︎