El beato Eduardo Pironio (1920 -1998) estuvo ligado toda su vida a la Orden de Predicadores. Cuando ingresó al seminario era costumbre en la Argentina que los seminaristas ingresaran a una Orden tradicional como integrantes de la Tercera Orden para tener una espiritualidad. Así lo hizo en su momento San José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914).
En los años de su formación, el renacimiento del Tomismo estaba en su plenitud y muchos sacerdotes eran sus grandes promotores. Grandes tomistas, como Enrique Rau, primer obispo de Mar del Plata, del que será sucesor, y Octavio Derisi, fundador de la Universidad Católica Argentina, fueron sus referentes. Ordenado sacerdote en 1943, en 1947 ingresa junto con Derisi a la Tercera Orden de Buenos Aires. Destacadas personalidades dirigían la actual fraternidad que conservaba una antigua tradición de grandes figuras del clero argentino como terciarios. Era la fiesta de Santo Tomás del 7 de marzo. El director espiritual fue fray Marcolino Páez, OP, quien será uno de los fundadores de la Sociedad Tomista Argentina el año siguiente junto con Derisi. Años más tarde, el Padre Páez integrará la Curia General en diferentes oficios. El doctor Guillermo Gallardo, integrante de la Academia Nacional de Historia, fue su maestro de novicios. Profesó el 29 de agosto de 1948, en la festividad del Martirio de San Juan Bautista.
Continuó muy ligado a la Orden. Era habitual que predicara en la basílica de Buenos Aires en las grandes festividades. Compartía con los frailes sus vacaciones en Córdoba y las actividades docentes en la Universidad Católica Argentina desde su fundación.
Desde 1953 hasta 1955 estudió en Roma, donde obtuvo la licenciatura en Teología en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum). Su tesis versó sobre “La Paternidad divina en los escritos de Dom Columba Marmion”.
Nombrado obispo de Mar del Plata en 1972, recurrió a la Orden para la dirección de la Universidad Católica, fundada por su predecesor, Monseñor Enrique Rau, siguiendo las líneas marcadas por el Concilio, cargo que ocupó fray Pablo Sorrentino, OP.
En su promoción a la Curia Romana, en 1975, siguió en contacto con la Orden. Apoyó desde sus cargos la fundación y consolidación de la Fraternidad y Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA), fundada por fray Aníbal Fosbery, OP. En 1983 se celebró el Capítulo General en Roma, donde fue elegido el irlandés fray Damian Byrne, OP, quien había misionado en la Argentina. Fray Domingo Basso, OP, participó como Provincial y fray Aníbal Fosbery, OP, como definidor. Allí dirigió unas palabras a los capitulares sobre Santo Domingo. Años más tarde, en 1992, al terminar su cargo como Maestro, fray Damian fue a despedirse de él, acompañado por fray Carlos Azpiroz, OP, padre estudiante en Roma, residente en Santa Sabina, a quien le comentó que nunca había escuchado hablar de Nuestro Padre como lo hizo el Cardenal. Cabe agregar que Su Eminencia ordenó de diácono y luego de sacerdote al futuro Maestro de la Orden junto con otros frailes en 1987, año de la visita del Papa a la Argentina y de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud impulsada por él. Por su relación con los dominicos, el episcopado argentino encomendó en principio a la Promotoría de la Orden su causa, continuada posteriormente por otros. Fue beatificado el 16 de diciembre de 2023. Su memoria litúrgica se celebra el 4 de febrero.
Fray Juan Pablo Corsiglia, OP